¿Qué decir del nuevo episodio de Breaking Bad? Los últimos
capítulos de la serie comenzaron adelantando los acontecimientos finales:
Walter no puede desprenderse de Heisenberg, aunque por momentos lo intenta.
Walter ya no está dispuesto a todo, ahora definitivamente son los hechos los
que lo arrastran, siendo que hasta aquí había sucedido lo contrario. Lo
particular es que todos los protagonistas han acabado por representar extremos
que, en el fondo, se parecen. Claro que con matices, porque las ambiciones de
Marie y Skyler son distintas a las de Hank, Jesee y Walter. ¿Hank superó a
Walter en ese plano? Parece ser el único que todavía no comprende la historia.
Como sea, Hank y Walter, frente a frente y en polos opuestos, completan una
figura que conecta a Breaking Bad con los trasfondos de otras megaseries como
Lost, Mad Men, The Wire y Los Soprano, a saber: el Bien y el Mal no existen
como entidades antinómicas, las cosas no funcionan de esa manera en un mundo
que hace tiempo no puede ser narrado o retratado de manera lineal, un mundo que
a cada paso se impone con toda su carga de controversias, dudas e inseguridades
(en The Wire, por ejemplo, la policía triunfa, pero rompiendo todas las normas
que, supuestamente, separan a “la ley” de aquello o aquellos que son ajenos a
su dominio. Y más, se trata de un triunfo estéril por otra razón: algunos
criminales logran escapar, por lo que la victoria policial no es una victoria
completa, sino momentánea). Cómo no entrever en los personajes más interesantes
de la ficción televisiva actual a los borgeanos Juan Dahlmann y Erik Lönnrot. A
este último de una manera muy especial, pues descubre (trágicamente) que el
destino escapa a todo razonamiento, porque un pensamiento bien puede coincidir
con el destino, pero no puede forzarlo: la incertidumbre es, al fin y al cabo,
lo que se impone sobre los hombres, reales e imaginarios. En tal sentido, en
los flashbacks que dieron inicio a esta última temporada, ¿estará Walter White
escapando de Hank y/o Jesee, o de quienes escapa es de los nuevos capomafias
del narcotráfico? ¿Logrará o no redimirse? ¿Volverá Heisemberg (si es que
alguna vez se fue) como resultado de la voluntad de Walter o será el azar quien
gane la partida? A esta altura ya sabemos que en el apellido “White”
(blanco/puro), hay un juego irónico con un adjetivo que contiene mucho más de
lo que muestra, igual a lo que ocurre con la casa de Triste-le-Roy donde
concluyen la vida de Lönnrot y el cuento de Borges “La muerte y la Brújula”, deformada por "la penumbra, la simetría, los espejos, los muchos años, la soledad".
Si se trata de Breaking Bad, únicamente podemos estar
seguros de una sola cosa: la maestría de los guionistas para dar vuelta completamente
la trama en el momento menos esperado, a un nivel que, creo, es más intenso y
arriesgado que el de las otras series mencionadas. Todo puede pasar en Breaking
Bad. Para lo que queda resta esperar cualquier cosa.
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